Aceptá el hijo que tenés y no el que imaginaste

A veces como padres, nos pasa que nos imaginamos e idealizamos una imagen de nuestros hijos a medida que van creciendo, en lugar de ver, sentir y abrazar al hijo o a la hija que tenemos.

A veces no es como yo pensaba...

A algunos no les gustan los deportes...

Otros no paran de hablar...

A otros hay que sacarles las cosas con tirabuzón...

Algunos eligen jugar a otros juegos distintos a los que yo elegia de chica...

Unos son muy tímidos...

Otros acaparan la atención de todo el mundo...

Algunos se ponen tercos y caprichosos...

A veces se nos hace difícil que se pongan a estudiar...

Otras veces hay que insistirle mucho para que haga programas con amigos...

No son todos iguales.

No son como nos imaginamos.

Son ellos. No son parte de nosotros.

Respetemos su personalidad única y maravillosa, sus gustos, sus elecciones tal vez diferentes a las nuestras.

Respetemos y abracemos las diferencias.