El poder del feedback
Recibir el feedback de un profesor, siendo alumna, o de un director, siendo maestra, o de un jefe siendo empleado... es tan importante como darlo.
Un buen feedback tiene tanto poder como un mal feedback. Puede tener repercusiones muy positivas y favorables, como así también, negativas y que incidan en la autoestima y la motivación de quien lo recibe.
Por lo tanto, el mejor feedback es aquel que ofrece información respecto de la labor, de la tarea, de la función o el rol; y no de la persona.
El mejor feedback es el que orienta a seguir un
camino nutritivo, de aprendizaje y de mejora.
Es el que acompaña al otro. El que guía de la
mano, de cerca, sin soltarlo.
Es el que pone desafíos acordes a las
capacidades y posibilidades del otro, confiando en su mejor desempeño.
Es el que es sincero, pero no hiere.
El que habla de fortalezas y también de debilidades
a desarrollar.
El que alienta a ser mejor que uno mismo, ayer,
sin comparar con otros.
Esta época del año, es tiempo de feedback… hagamos que sea útil, positivo, que nutra y haga crecer al que lo recibe.
Y si estas en el lugar de recibir un feedback, sácale el jugo. Escucha receptivamente, abrite y se permeable a sugerencias y críticas constructivas. Y valora en vos lo que otros valoran tratando de seguir superándote cada día.